lunes, 1 de marzo de 2010

Lección 10 - 1º Trimestre EL FRUTO DEL ESPIRITU LA TEMPLANZA




Para comenzar, deberíamos explicar ¿qué es la templanza? mirando en la WIKIPEDIA, la templanza es definida como: "la doctrina cristiana, es la virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados y compartidos. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad. La persona moderada orienta hacia el bien sus apetitos sensibles, guarda una sana discreción y no se deja arrastrar ‘para seguir la pasión de su corazón’ (Si 5,2; cf 37, 27-31). La templanza es a menudo alabada en el Antiguo Testamento: ‘No vayas detrás de tus pasiones, tus deseos refrena’ (Si 18, 30). En el Nuevo Testamento es llamada ‘moderación’ o ‘sobriedad’, tal como se afirma en la Carta Paulina ‘(debemos) vivir con moderación, justicia y piedad en el siglo presente’ (Tt 2, 12).[1] Viene de la palabra templo, y nos lleva a considerar nuestro cuerpo como un templo y en resumen significa moderación de los actos de los creyentes.

Es la lucha racional, contra la lucha pasional de los placeres humanos no espirituales. Pero la palabra implica una balanza positiva, tener templanza es ser equilibrado.

La tendencia natural hacia el placer sensible que se observa en la comida, la bebida y el deleite sexual es la forma de manifestación y el reflejo de fuerzas naturales muy potentes que actúan en la propia conservación. Estas energías vitales representan la actividad de la vida y, cuando se desordenan, se convierten en energías destructoras.

La templanza no significa perdida de entrega, se reconoce como una virtud."

En el versículo de memoria, pareciera darnos a entender que el apóstol Pablo era un masoquista, golpeandose para controlar sus inclinaciones, si leemos el texto: “Sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Cor. 9:27). Debemos resaltar la base de ese golpeo, y es la de saber que lo que predica, dice, amonesta, vive, deberían coincidir, porque podría estar predicando la verdad y viviendo la mentira, el golpear implica no daño físico sino atención y lucha contra la tendencia natural que tiene y que no puede eliminar por sí solo, sino por medio de Cristo.

Durante esta semana veremos como hijos de Dios lucharon para mantener un equilibrio sin desesperación pero lo importante es confiar en Dios.

El apóstol Pablo deja claro que la lucha no se ganará por nosotros mismos, sino por el Espíritu Santo, cuando en Romanos 8:1 nos dice: "Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu"

La templanza podríamos identificarla con saberse dejar conducir por el Espíritu Santo y no por nuestras ideas. El mismo apóstol sabe que hay luchas, él lo refleja en Romanos 7:15-18 es consciente de esta realidad, pero no deja que esto influya para mal, sino que tiene en su mente la plenitud de la vida, Cristo, por eso se deja llevar por el Espíritu Santo quién es el que desarrolla los frutos en nuestras vidas.

Que Dios te bendiga durante esta semana.

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