martes, 27 de julio de 2010

Lección 5 Para el 31 de julio de 2010: La justificación y la ley



“¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley” (Rom. 3:31).


En la lección de esta semana se hace un desarrollo de la fe en Romanos 4, mi impresión después de haber leído el texto bíblico, se resumiría en lo siguiente: "nosotros no alcanzamos la salvación por las obras, sino por creer en Cristo, esto no quiere decir que nosotros dejemos de vivir, sino que no actuamos por ganancia, sino por creencia".

Por esa razón el Ejemplo del apóstol Pablo en Romanos 4 con referencia a Abraham, el creyó en Dios antes de ser circuncidado, pero no dejó de circuncidarce cuando Dios lo pidió, Abraham no lo hizo por obtener la salvación, sino por amor a Dios y obediencia a Él.

Me parece interesante lo que los autores de la lección hablan el sábado y me gustaría ponerlo en orden tal y como aparece en la lección:

1. La promesa de bendición divina (promesa de la gracia).
2. La respuesta humana a esa promesa (respuesta de fe).
3. la declaración de justicia acreditada a los que creen (justificación).

El resultado es la búsqueda de una vida sin pecado, no una búsqueda de la salvación, ya que la salvación la tenemos por gracia.

Esto no quiere decir que la ley de Dios está abolida, como hemos visto en el texto de Pablo, en el versículo de memoria, para nada está abolida la ley, todo lo contrario, la ley es vigente, pero no el concepto por el que la podamos entender como medio de salvación, sino como instrumento para reconocer la voluntad de Dios.

Podemos caer en el error de pensar que en el Antiguo Testamento no existía la justificación por la fe, por eso Pablo hace referencia al padre de la fe para los judíos, muestra por medio de su historia que la justificación de la fe existía y que era compatible con la ley. El problema radica cuando cambiamos los terminos, la ley nunca me justificará y me salvará, la ley me muestra al que me justifica y me salva, por lo tanto aquellos que rechazan la ley, están rechazando al que justifica y salva.

El lunes nos quiere mostrar la problemática de la deuda y la gracia, pero tenemos que primero diferenciar los dos conceptos.


Deuda: Obligación que tiene una persona de pagar o devolver una cosa, generalmente dinero. Cantidad de dinero que se debe pagar. Obligación moral que una persona contrae con otra.

Gracia: Capacidad que tiene una persona o una cosa de divertir o hacer reír. Hecho o dicho divertido o que hace reír. Conjunto de cualidades por las que una persona o cosa resulta atractiva o agradable. Elegancia, garbo y desenvoltura con que se mueve una persona: tener gracia al andar. sal, salero. En la religión cristiana, ayuda sobrenatural que Dios da a una persona para que obre según el amor y la bondad y consiga su salvación. Perdón o indulto de una pena concedido por el jefe del Estado o por quien tiene autoridad para ello a una persona condenada. Expresión que se usa para agradecer alguna cosa a alguien.

Existe una gran diferencia entre deuda y gracia, también podemos ver que la gracia tiene un valor moral mayor que la deuda, la gracia es el perdón de la deuda.

En este sentido podemos entender el día lunes en el contexto de buscar pagar una deuda contraída o aceptar el perdón que me dá la persona a la que debo de una forma unilateral. Pablo quiere tratar de enseñar que nosotros vivimos por la gracia, ya está todo pagado, que no necesitamos ningún esfuerzo humano para estar capacitado para llegar a la gracia, simplemente aceptarla. Es en ese momento en el que comenzamos a vivir por amor a Dios conforme a su voluntad y mejorando día a día, pero esto se consigue cuando aceptamos la gracia de Dios.

Una buena pregunta es la que surge en el Lunes: ¿quién reflejará mejor el amor y el carácter de Dios: el que está absorbido en sí mismo o el que está centrado en Dios?

Una buena respuesta es la de la profeta del Señor en el tiempo del fin, la hermana Ellen White escribión: “El pecador debe ir a Cristo con fe, aferrarse de sus méritos, poner sus pecados sobre Aquel que los lleva y recibir su perdón. Debido a esto vino Cristo al mundo. Así se imputa la justicia de Cristo al pecador arrepentido que cree. Llega a ser miembro de la familia real, hijo del Rey celestial, heredero de Dios y coheredero con Cristo” (MS 1:252).


La promesa que todas las generaciones posteriores a Abraham podrían obtener la salvación, vivene expresada en pablo en el texto de Romanos 4:13 “Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe”.

Que importante es tener claro el concepto de promesa para poder entender la importancia de la ley en su justa ubicación. La promesa va dirigida a todo el mundo, y los que la aceptan comprenderán que la ley es un instrumento más que Dios dá para mantener viva la esperanza de encontrarnos con el Mesías.

En el Deseado de Todas las Gentes, Ellen White escribió: “El principio de que el hombre puede salvarse por sus obras, fundamento de toda religión pagana, ahora había llegado a ser el principio de la religión judía. Satanás lo había implantado; y doquiera se lo adopte, los hombres no tienen defensa contra el pecado”.

Estas palabras son profundas, estas palabras van dirigidas a aquellos que piensan que tenemos que hacer para obtener, y no son capaces de aceptar que hacemos porque hemos obtenido.

Es aquí donde la Ley muestra que estamos pecando, si lo que hacemos nos cuesta, es porque probablemente no hayamos aceptado la salvación de Cristo, cuando la aceptamos el resultado final es la liberación y la gracia, el continuar caminando por voluntad de Dios y no por nuestra voluntad.

Que Dios tenga misericordia de nosotros y nos bendiga.

miércoles, 21 de julio de 2010

Lección 4 para el 24 de Julio 2010: Justificados por la fe



“Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley” (Rom. 3:28).

En este versículo vemos uno de los puntos más hermoso de toda la lección, la justificaicón no es un instrumento que se coja o se deja cuando uno quiere, la justificación emana desde la misma cruz hasta el fin de este mundo de pecado.

Nos encontraremos durante esta semana un estudio para comprender que la justificación de Cristo es algo más que el mero hecho de ser cristiano, es algo más profundo que busca en nosotros el actuar en forma y tiempo correctos. Vayamos a la cuestión.

"Nadie dice que la persona era inocente. Al contrario, es claramente culpable. La buena noticia es que, a pesar de su culpa, es perdonada. Cada uno de nosotros es el criminal. Jesús, el sustituto, tiene un registro perfecto y toma nuestro lugar en la corte; le aceptan su justicia en lugar de nuestra injusticia. Por eso somos justificados ante Dios; no por nuestras obras, sino por causa de Jesús, cuya justicia llega a ser nuestra al aceptarla “por fe”."

Esta párrafo que surge del sábado resume con claridad la condición humana y la única salida para cambiar nuestra condición actual en una mucho mejor, si crees en ello tendrás o te otorgarán la salvación.

En el domingo comienza la controversia de todo cristiano, salvación por obras o por fe, más bien aquí se trata de las obras de la ley y sus resultados. Curioso es ver que Pablo habla de la incapacidad de la salvació por medio de las obras de la ley. Para nosotros hoy eso es obvio, aunque también Pablo habla de la no invalidez de la ley, ¿A qué se refiere Pablo entonces en los versículos que surgen del domingo?.

Si hacemos un estudio profundo del pensamiento de Pablo, nos damos cuenta que Pablo está hablando de las normas adicionales y de las leyes rituales que tienen que ver con el mesías, aún así esas normas y leyes tienen un valor, uniendolas a las de la ley moral, nos muetra que Dios siempre ha querido estar con su pueblo para orientarle a salir de un mundo de pecado a una perfección absoluta en el cielo.

Dentro de esa situación surge lo que Pablo dice en el texto expuesto el lunes Romanos 3:21“Ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas”

En este versículo Pablo une estrechamente la ley, los profetas para hablar sobre la justicia, tanto la ley como los profetas hablaban de la justicia de Dios, es decir revelar en este mundo de pecado que Dios sigue actuando, la mayor de las lecciones de justicia de Dios la tenemos en la persona del Hijo, venir a ser el garante de la salvación de todos y en todo esto que tenemos nosotros que ver, pues obviamente si queremos obtener la salvación y sentirnos liberados por Cristo, debemos actuar en consecuencia, vivir conforme a su voluntad, ya que su voluntad es que vivamos preparandonos para lo porvenir. Curiosamente en Mensajes Selectos lo deja muy claro: “La justicia es la obediencia a la ley. La ley demanda justicia y, ante la ley, el pecador debe ser justo. Pero es incapaz de serlo. La única forma en que puede obtener la justicia es mediante la fe. Por fe puede presentar a Dios los méritos de Cristo, y el Señor coloca la obediencia de su Hijo en la cuenta del pecador. La justicia de Cristo es aceptada en lugar del fracaso del hombre, y Dios recibe, perdona y justifica al alma creyente y arrepentida, la trata como si fuera justa, y la ama como ama a su Hijo” (MS 1:430).


El martes nos refleja la unidad entre la Gracia y la Justificación,

Tanto la justificación como un acto de hacer justicia, solo se puede obtener por medio de la Gracia como un acto de amor de Dios hacia el hombre. Desde el momento que acepto el don gratuito de Dios acepto sin remisión la justificación de Cristo en mi vida.

Eso sí en el momento en que deje a Cristo, en el momento en el que me separo de él, la justificación deja de ser un beneficio para mí. Desaparece de mi vida tanto la Gracia, como la Justificación, ya que libremente decido separarme, nadie me obliga a pecar, nadie me obliga a caer en la tentación, soy yo, y solo yo el que decido caer o no, por lo tanto soy yo el que decido seguir o no bajo la justicia de Cristo.


El miércoles en Romanos 3:25, volvemos a ver la referencia a la sustitución o propiciación de Cristo para el creyente, Pablo curiosamente quiere focalizar toda la atención en la figura de Cristo, sin negar la realidad de vivir con Cristo y conforme a Cristo.

Es a partir de aquí donde el cristiano es motivado a actuar pero no conforme a las obras de la ley, sino conforme a las obras de la fe, es Cristo el que motiva a vivir, ayudar y compartir con todos su amor y su verdad, se comparte no solo con palabras sino con hechos, esos hechos son obras, pero de la fe, hechos que empiezan por obedecer sus mandatos, hechos que continúan por enseñar a los demás que se puede vivir una vida sin pecado ayudados por lo que Cristo nos enseña en su palabra y como hacer que nuestra vida sea un cambio de vida en armonía con él.

Curiosa es la pregunta de este día donde nos dice: ¿Por qué es tan fácil pensar que, por cuanto la ley no nos salva, no necesitamos guardarla? la respuesta es simple y sensilla, porque a la luz de las escrituras, el que mi iglesia me ponga normas, yo las rechazo como Pablo rechazó las del pueblo judío, esa comparativa nos lleva a distorcionar el verdadero sentido del apóstol.

Que Dios nos ayude a todos a vivir conforme a su voluntad y no a la nuestra.

lunes, 12 de julio de 2010

Lección 3 Para el 17 de julio de 2010: Todos hemos pecado

PARA MEMORIZAR: “...todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Rom. 3:23).

Realmente todos hemos pecado, todos un día hemos estado en las tinieblas como el Apóstol Pedro nos dice en su carta, por lo que estar destituidos de la gloria de Dios es tan cierto como que existe el pecado en el mundo.

Por ello en esta semana veremos como nos orientan para reconocer esa situación e invertirla. ¿De qué forma? pues ahora lo veremos.

Primeramente hemos de reconocer que existe el pecado. En ese reconocimiento entenderemos posteriormente que que el pecado entró por una desobediencia y que esa desobediencia llevó a este mundo a una situación anómala que nadie en este mundo puede solucionar. Sólo alguien externo y que no haya pecado puede realizar una obra de restauración, de esta obra saldría la eliminación del pecado de este mundo.

Ellen G. White llega a declarar en la pluma inspirada: “Este tema se comprende en forma tan confusa que miles y más miles que pretenden ser hijos de Dios son hijos del maligno, porque quieren depender de sus propias obras. Dios siempre demanda buenas obras, la ley las demanda; pero como el hombre entró en pecado, donde sus obras no tenían valor, solo puede valer la justicia de Cristo” (“Comentarios de Elena G. de White”, CBA 6:1.071).

Está en nuestras manos ( dichosa incongruencia ) el dejar de hacer por nuestro propio pensamiento y acción, para la búsqueda de la restauración o el aceptar la transformación que la persona externa a este mundo puede realizar para ser restaurados.

Si nos fijamos en los textos que expone la lección y con coherencia, el domingo nos habla de: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá” (Rom. 1:16, 17).

En este versículo podemos ver claramente que todos los seres humanos tenemos la oportunidad de conocer a esta persona que viene a restaurar este mundo, fue revelada en el evangelio y por eso el Apóstol Pablo no se avergüenza de él.

El problema radica cuando queremos decir al evangelio algo que no quiere decir o que se amolda a mis criterios, entonces me estoy avergonzando del mismo y no dejo que hable directamente a mi corazón.

la lección habla de las claves que aparecen, que son varias y que al final nos muestra que realmente el evangelio es la noticia de la salvación en Cristo, que el Mesías vino y que prometió volver.

Este es el verdadero sentido el evangelio y para que se haga realidad en nuestras vidas, debemos vivir una vida justa y creciente en la fe.

Si ya tenemos algo claro de donde viene la restauración, debemos aceptar que tiene que venir de fuera porque la condición del ser humano es de pecado. Cuando no reconozco mi condición lo que realmente estoy haciendo es reconocer que no necesito a nadie para restaurar mi vida en una exelencia mayor.

El problema es como bien explica el apóstol Pablo en Romanos 3:10-18 que hoy en día aún más se ve ratificado ya que buscar a Dios no es inherente al ser humano, sino buscar la satisfacción propia. Incluso si leemos como dice la lección en Romanos 1:22-32 nos damos cuenta que hemos sido necios en nuestro pensamiento, llegando a pensar que por nosotros mismo la sociedad mejoraría en todas las facetas del ser humano, en lo moral y ético. Cuando estamos viviendo hoy en una sociedad falta de valores y avocada a un desenlace fatal.

En esta situación, no hay diferencia de personas, todos somos participes de la condición en la que se encuentra este mundo, no somos ajenos al pecado, incluso no podemos llegar a decir que solo son unos los pecadores y otros no. Por eso en el Miércoles nos hace referencia a Romanos 1 como pecados cometidos por los gentiles y en Romanos 3 pecados cometidos por los judios. Es decir todos pecamos, nadie como Jesús llegó a decir a la acusasión de adulterio de una mujer, "quién esté libre de pecado que tire la primera piedra"... él no quiso decir que la mujer no había pecado y que todo era una artimaña de los acusadores de Jesús, solo que todos eran pecadores, incluso la mujer cuando él ( que era el único no pecador ) le dijo "ni yo te condeno, vete y no peques más", por lo tanto la vida de esos hombres que acusaban tendría que cambiar y la de la mujer también, el único que no cambia en esta acción es Cristo.

Ellen White nos dice claramente que: “No se estimen mejores que los demás ni se erijan en sus jueces. Ya que no pueden discernir los motivos, no pueden juzgar a otro. Si lo critican, están emitiendo una sentencia sobre vuestro propio caso; porque demuestran ser partícipes con Satanás, el acusador de los hermanos” (DTG 280, 281). Al final nos revela la escuela sabática quién es el autor del pecado y el que acusa a los pecadores, por lo tanto debemos actuar en contraposición a lo que él quiere que sea.

Por último nos señala en el jueves el sentido del arrepentimiento. Tal y como el apóstol Pablo revela en Romanos 2:4 que dice: “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” El apóstol quiere llevarnos a reconocer que no debemos menospreciar a Dios y su bondad, que no debemos menospreciar su amor y paciencia, en definitiva que no creamos ser tan importante en la restauración de este mundo, porque en definitiva nosotros somos y estamos en el problema, por lo que debemos aceptar, seguir, capacitar por medio del Espíritu Santo, nuestras vidas y reconocer que sin Cristo no tenemos salvación, reconocer que somos pecadores, reconocer que necesitamos del arrepentimiento y reconocer que podemos vivir conforme a la voluntad de Dios si nos dejamos llevar por su Espíritu Santo.

Que Dios te bendiga.