viernes, 13 de agosto de 2010

Lección 7 Para el 14 de agosto de 2010: Victoria sobre el pecado

“Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Rom. 6:14).


Durante esta semana analizamos en la lección de la escuela sabática el capítulo 6 de romanos.

Quiero decir antes de entrar a valorar la lección, que no debemos disociar la fe, las obras, la justificación, la ley, ya que todo ello es uno en Cristo. Por lo tanto todo tiene su importancia.


Esta semana consideramos otro aspecto de la salvación por la fe, que puede ser mal comprendido: la promesa de victoria sobre el pecado en la vida de quien fue salvado por Jesús.

Según el texto de Romanos 5:20 que vimos la semana pasada, Pablo dice:“Mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia”.

Este texto bíblico ya nos declara la situación por la que podemos vivir, ¿Cuánto pecado llevas en tu vida? no te sientas fracasado, la gracia cubre todos tus pecados. Por lo tanto la muerte no tiene ya poder en el cristiano que acepta vivir conforme a la gracia.

Como bien dice en Romanos 6:1 no quiere esto decir que podamos vivir en el pecado, sino todo lo contrario, el análisis que hace Pablo en los siguientes versos del 2-11 nos muestra la lógica Paulina, donde si he aceptado vivir conforme a la gracia, mi lucha es en separarme del pecado, ya que el pecado seguirá existiendo hasta que Cristo vuelva, mientras este hecho no ocurra, mi vida en la tierra es una lucha para morir al pecado y vivir a Cristo. Gracias a Dios esa lucha no se hace sola, el Espíritu Santo nos acompaña y ayuda en los momentos de mayor debilidad, siempre y cuando le pidamos que nos ayude.

Cuando Pablo nos habla en Romanos 6:12 sobre el reinado del pecado en nuestra vida, es transparente, cuando algo reina en nuestra vida, toda nuestra existencia da vueltas a ello, por lo tanto nuestra mayor lucha es que no reine porque si reina el pecado, amaremos todo lo que tenga que ver con ello y no tendremos control sobre nuestro cuerpo.

El comentario de Ellen White es acertado, por lo que lo transcribo integramente: “Lo que necesitas comprender es la verdadera fuerza de la voluntad. Este es el poder que gobierna en la naturaleza del hombre: el poder de decidir o de elegir. Todo depende de la correcta acción de la voluntad. Dios ha dado a los hombres el poder de elegir; depende de ellos el ejercerlo. Tú no puedes cambiar tu corazón, ni por ti mismo dar sus afectos a Dios; pero puedes elegir servirlo. Puedes darle tu voluntad; entonces él obrará en ti tanto el querer como el hacer según su voluntad. De ese modo tu naturaleza entera estará bajo el dominio del Espíritu de Cristo; tus afectos se centrarán en él y tus pensamientos se pondrán en armonía con él” (CC 47).

En Romanos 6:14 que es el verso de memoria, nos muestra que el pecado solo muestra que me he aparatado de Dios, bajo el principio de la Ley, pero si uno vive conforme a la gracia, la ley no es un estorbo sino unas señales indicadoras del peligro que puede avecinarse

En Romanos 6:16 es como una espada de Damocles donde no estamos libres en absoluto, o somos esclavos del pecado o de la justicia, es decir o tomamos un camino u el otro, pero no podemos levantar la bandera de la libertad para decir que somos libres. La libertad plena solo se obtiene cuando tengamos la posibilidad de no elegir caminos establecidos, sino de elegir el camino que queramos hacer nosotros, curiosamente, no podemos ni elegir estar en medio sin tomar una decisión, porque estaríamos según las escrituras en el camino del pecado y no podemos abrir caminos nuevo por lo mismo, pero si que podemos obtar por una libertad relativa que puede culminar en plena si aceptamos el camino de la obediencia para justicia, un camino que nos lleva a la liberación del pecado. Esto solo se consigue por medio de la Gracia de Dios, como explica Pablo en el verso 17

Concluye el capítulo 6 de Romanos en cuestión a la comprensión de Pablo sobre la debilidad de la naturaleza humana, para hacer un llamado a la victoria en Cristo Jesús, un llamado que pasa por identificar el mal que opera para muerte, como es el pecado y como si aceptamos vivir conforme a la justicia de Cristo, seremos rescatado para eternidad. Aquí la decisión es personal e intransferible.

“Él [Jesús] no consintió en pecar. Ni siquiera por un pensamiento cedió a la tentación. Así también podemos hacer nosotros. La humanidad de Cristo estaba unida con la divinidad; fue hecho idóneo para el conflicto mediante la permanencia del Espíritu Santo en él. Y él vino para hacernos participantes de la naturaleza divina. Mientras estemos unidos con él por la fe, el pecado no tendrá dominio sobre nosotros. Dios extiende su mano para alcanzar la mano de nuestra fe y dirigirla a asirse de la divinidad de Cristo, con el fin de que nuestro carácter pueda alcanzar la perfección” (DTG 98, 99).

“En nuestro bautismo nos comprometemos a romper toda relación con Satanás y sus instrumentos, y a poner corazón, mente y alma en la obra de extender el reino de Dios. [...] El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo se han comprometido a cooperar con los instrumentos humanos santificados” (CBA 6:1.075).

“Una profesión del cristianismo, sin la fe y las obras correspondientes, no servirá de nada. Nadie puede servir a dos señores. Los hijos del maligno son los siervos de su señor, al cual se entregaron para obedecerle; son sus siervos, y no pueden ser siervos de Dios a menos que renuncien a todas sus obras. [...] Dios ha revelado verdades sagradas y santas que han de separar a sus hijos de los impíos y purificarlos para sí. Los adventistas del séptimo día deben vivir conforme a su fe” (JT 1:155).

Dejo estos comentarios de Ellen White y del Comentario Bíblico Adventista para poder comprender mejor el pensamiento adventista.

Que Dios tenga misericordia de nosotros y nos bendiga.

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